8 de abril de 2019

BOHEMIAN RHAPSODY - la pelicula.



Realmente increíble, alucinante, es lo que puedo decir después de ver y disfrutar durante alrededor de dos horas, que pasan volando, de este peliculón que nos cuenta el nacimiento y la vida de una de las bandas más grandes de la historia del rock: QUEEN.

Pese a ser un grupo que desde el principio fue totalmente transgresor con el formato que hasta entonces se conocía, todos los componentes tenían claro lo que perseguían y lo fueron demostrando con cada tema compuesto.

Una frase que lo corrobora es cuando Freddie deja claro que: "no voy a ser una estrella del rock, ¡voy a ser una leyenda!"

O cuando apedrean la ventana del despacho del responsable de EMI por no querer publicar su tema más emblemático, Bohemian Rhapsody, que ellos pretendían sacar como cara A del nuevo single, por ser demasiado largo. Casi seis minutos, cuando en aquella época las emisoras radiaban como máximo canciones de 3 minutos.

La película nos muestra una parte importante de la historia de la banda, pero el foco principal se centra en la aparentemente alocada vida de su cantante, Farrockh Bulsara, autobautizado más tarde como Freddie Mercury.


Le vemos trabajando en el aeropuerto de Heathrow, donde ejercía de maletero y todos le conocían como Paki, de Pakistán, a pesar de ser originario de Zanzibar.

Con motivo del estreno del film, y también para celebrar el 72º cumpleaños del músico, los actuales maleteros del aeropuerto han rendido a su antiguo compañero de fatigas un divertido homenaje con esta currada coreografía.


Volviendo a la película, la futura estrella conoció a Tim Stafell en su época de estudiante, quien formaba parte, cantando y tocando el bajo, del grupo Smile, con Brian May a la guitarra y Roger Taylor a la batería.
Smile en 1969  (bitacoraqueen.blogspot.com)
Cuando Stafell dejó el grupo, Freddie fue fichado por Brian y Roger y, poco tiempo después, incorporaron al bajista John Deacon.

Ya con la nueva formación completa, el nuevo cantante, y líder inmediato, los animó a cambiar de nombre y pasar a llamarse Queen (reina), denominación un tanto transgresora para la época y además en un país marcadamente monárquico.

45 años de una vida como la de Freddie Mercury dan para mucho, pero hay dos detalles a destacar que le marcaron el futuro, su primer gran amor y el descubrimiento de su condición sexual.

En 1970 conoció a la mujer de su vida, Mary Austin, a la que pidió en matrimonio pero con la que
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nunca se casó por la cantidad de trabajos y giras que realizó el grupo en esa época, durante la cual Freddie dio rienda suelta a las pasiones y aceptó su homosexualidad, algo que Mary ya sospechaba incluso antes que él mismo. Pese a ello, nunca dejaron de ser unos grandísimos amigos.

Esta historia queda reflejada, según los entendidos, en la letra del tema que pone titulo a la película, Bohemian Rhapsody, a través de la que Freddie expresa sus sentimientos de culpa por haber engañado a Mary y su despertar a la homosexualidad.

Ya en la cumbre del éxito, años 70 principios de los 80, Mercury se alejó del grupo alentado por su asistente personal Paul Pretner, una nefasta influencia que intentaba promocionar la carrera del cantante en solitario por intereses particulares y que también le llevó de la mano por ese mundo de excesos, drogas y sexo en fiestas desmadradas que lo separó de lo que siempre llamaba "su familia".

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Pero una vez despedido Paul Pretner, Freddie consiguió asentar la cabeza con quien sería su pareja definitiva, Jim Hutton.

En 1987, le fue diagnosticado VIH. Solo se lo comunicó  a los más allegados y decidió seguir volcado en su carrera mientras la salud se lo fuera permitiendo.

A partir de este momento Freddie y el grupo volvieron a ser uno y Queen reafirmó su condición de leyenda con una memorable intervención en el Live Aid.

El 13 de julio de 1985 se celebró el multitudinario Live Aid, dos conciertos simultáneos, uno en Londres y otro en Filadelfia, con infinidad de actuaciones y retransmitidos en directo por televisión a gran parte del mundo, una idea del cantante de Boomtown Ratts, Bob Geldof, destinada a conseguir donaciones para paliar la situación crítica de algunas zonas de África castigadas por una sequía extrema.

Entre las actuaciones de Londres, en el estadio de Wembley, unos Queen renacidos ofrecieron el que podría ser uno de sus mejores conciertos, comprimiendo en los veinte minutos de actuación toda la fuerza del grupo.


El 23 de noviembre de 1991 Freddie emitió un comunicado de prensa en el reconocía su homosexualidad y poco después su extraordinaria voz se apagó para siempre.

Independientemente de la veracidad de la película, que ahora veremos que no es tanta, hay que destacar sobre todo lo conseguido de las caracterizaciones. Los actores que interpretan a los cuatro músicos calcan los gestos y los encargados del maquillaje y vestuario hacen el resto.

Como muestra definitiva esta comparativa entre la actuación real de Queen en Live Aid y la recreación de la película, que el director Brian Singer ha cuidado hasta el mínimo detalle.


Tanto trabajo ha dado sus frutos en forma de cuatro Oscar, incluido el de Rami Malek como mejor actor por su interpretación de Freddie Mercury, además de cinco Globos de Oro entre otros.

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Pero, como hemos dicho antes, la película es eso, una película, no un documental. Los sucesos que nos relata son reales, pero la mayoría no ocurrieron de esa forma.
Paul Prenter, una vez despedido por Mercury, sacó a relucir todos los trapos sucios que pudo, pero no como nos muestra el film por televisión, sino en la prensa y tiempo después del Live Aid.

Mercury no cuenta al grupo que tiene SIDA antes del concierto en Wembley, ya que este se realizó en 1985 y él se enteró de su contagio en 1987.

Tambien asistimos al momento en que Freddie supuestamente dejó Queen, cuando realmente se trató de un descanso pactado entre todos, después del álbum Hot space en 1982, para que cada uno pudiera dedicar tiempo a sus proyectos en solitario.

Aunque no se relata en la película, antes que Mercury, Roger Taylor ya había publicado, con escaso éxito eso sí, algún trabajo, y a finales de los 80 formó The Cross, grupo paralelo a Queen con el que grabó 3 discos.

También Brian May a principios de los 90 fundó The Brian May Band, así que no creemos que la enorme pelotera que se monta cuando Freddie revela sus intenciones de  actuar en solitario fuera tan sonada, aunque dejaremos a los expertos la opinión final.

En cuanto a la declaración a su novia Mary por parte de Mercury, realmente no le entregó el estuche del anillo sin más, sino que le entregó una gran caja con otras cada vez más pequeñas en su interior y en la última, ahí sí, se guardaba un anillo de jade que hizo decidirse a Mary Austin a dar el "sí quiero".

A Jim Hutton no lo conoció como camarero tras una fiesta loca, sino en una discoteca de ambiente a mediados de los 80,  al que invitó a tomar algo, pero Hutton no aceptó. Posteriormente volvieron a coincidir en alguna ocasión hasta que sucedió lo que ya sabemos.

Mary Austin y Jim Hutton no tuvieron una buena relación. De hecho, Mary heredó la mansión donde vivieron juntos Hutton y Mercury los últimos años de éste y Jim tuvo que abandonarla por petición expresa de la nueva dueña.

Pero con todo esto no queremos quitarle mérito a una gran película. Es difícil meter tanta información en poco más de dos horas y hay que reconocer que los distintos acontecimientos están muy bien hilados y mantienen el interés hasta el final. Por ello os animamos a que la veáis y disfrutéis de ella.

Y, como curiosidad final, retomando la escena en que el directivo de EMI se niega a publicar Bohemian Rhapsody en single, el actor que lo interpreta es Mike Myers, que obtuvo un gran éxito con los diversos personajes que encarnó en la trilogía del agente secreto Austin Powers.

Antes de ello había protagonizado Wayne's World, donde le vimos como un joven aficionado al rock con su propio programa de televisión casero. En una de las secuencias de esa película es justo Bohemian Rhapsody la canción que llevan puesta él y sus amigos en el coche y que cantan de una forma muy divertida.

La gracia está en que es el propio Myers, interpretando al directivo de EMI, el que dice que esa no es la canción que unos adolescentes cantarían moviendo la cabeza mientras viajan en coche, que es precisamente lo que pasa en Wayne's World.



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