9 de agosto de 2018

Lady Halcón


Ladyhawke

Érase una vez una dama, de nombre Isabeau, que caminaba de noche con la sola compañía de un lobo, y un caballero conocido como Navarre, que viajaba de día acompañado por un halcón. Los dos se dirigían a Aquila, con la esperanza de romper un hechizo lanzado sobre ellos por el obispo de dicha ciudad. La casualidad hizo que por el camino se encontraran con Philippe Gaston, también conocido como Ratón, un ladronzuelo que acababa de escapar de las mazmorras de Aquila, a pesar de que todos pensaban que era imposible, y por ello estaba siendo perseguido por el capitán de la guardia del obispo, que no podía dejar esa ofensa sin castigo.


Este es el inicio de una película de aventuras, amor verdadero (como dirían en La princesa prometida), traición y magia, que transcurre en una Edad Media indeterminada y llamada Lady Halcón, o Ladyhawke en inglés.


A principios de la década de los 80 del siglo XX  la productora Lauren Shuler hizo llegar a Richard Donner, director ya conocido por La Profecía, Superman o la entonces recién terminada Los Goonies, un guión, escrito por Edward Khmara (Enemigo mío) y retocado por Michael Thomas (El ansia) y Tom Mankiewicz (Diamantes para la eternidad), sobre una gran historia de amor ambientada en el medievo. Él admite que nunca había pensado hacer una película como esta, pero el argumento le gustó tanto que se puso manos a la obra.

Encontrar a los protagonistas masculinos no fue fácil. Después de la renuncia por parte de Kurt Russell y de Sean Penn a interpretar el papel de Etienne Navarre,  y de que Rutger Hauer declinara el papel del capitán Marquet, Donner le ofreció el papel protagonista a éste último, que aceptó inmediatamente y se plantó en el rodaje cuatro días antes de que empezara, tiempo que dedicó a practicar esgrima y equitación.

Michelle Pfeiffer como Isabeau


Para encarnar a Gaston habían pensado en Dustin Hoffman, que quiso reescribir el guión, lo que suponía retrasar el comienzo del rodaje, así que se decantaron por el joven Matthew Broderick, la opción favorita de Lauren Shuler.

Con Michelle Pfeiffer como Isabeau d'Anjou no hubo ninguna duda, era la actriz perfecta, tanto por su belleza como por la combinación de fragilidad y valentía que desprendía.

Y por último, pero no menos importantes, el monje Imperius y el obispo de Aquila. Leo McKern interpreta al primero, desencadenante involuntario de la maldición que sufre la pareja protagonista y a la vez poseedor de la solución para liberarla de ella. El segundo, encarnado por John Wood, es un ser despreciable, preocupado sólo por si mismo y acostumbrado a gobernar a todo el mundo.

Elegidos los actores, emprendieron la búsqueda de localizaciones. Viajaron por Europa y en Italia encontraron unos paisajes con sabor medieval que resultan espectaculares. Si tenéis interés en verlos "al natural", os dejo unos enlaces de turistas que han visitado algunos de los castillos, como el de Imperius o el del Obispo.

Otro punto importante fue la banda sonora. Según lo escrito por Richard  Donner en el librito del CD, y que voy a intentar traducir, durante el viaje de varios meses por Europa buscando exteriores en un minibus, sonaba religiosamente The Alan Parson's Project. Unos cuantos países después parecía imposible hacer la película sin su original y única música, o la magnífica orquestación de Andrew Powell.

En palabras del director:

"Cuando ves la película te das cuenta de que la banda sonora es tan especial como la fotografía de Vittorio Storaro, tan maravillosa como la belleza de Michelle Pfeiffer, tan alegre como el humor de Matthew Broderick y tan poderosa como la fuerza de Rutger Hauer. La música también vino del tema de amor entre Lauren Shuler y yo mismo, ya que nos enamoramos durante la producción".

Personalmente no me disgusta, puede que sea porque estoy acostumbrada al haber visto la película unas cuantas veces. Pero lo mejor será que juzguéis vosotros mismos.



No soy crítica de cine, ni de nada, así que sólo os puedo dar mi opinión. He querido hablaros de esta película porque es una de mis favoritas. Es una película de aventuras que lo tiene todo. Un amor imposible que supera las adversidades, una amistad forjada en las desgracias, unos personajes dispuestos a dar la vida los unos por los otros, luchas con espadas, persecuciones, traición, venganza... Y algunos momentos de gran belleza, como la conversión que sufren los protagonistas al amanecer, en los que se refleja la angustia y desesperación de su situación.

Y los actores, en mi opinión, son geniales. Conocía a Rutger Hauer por su papel de replicante en Blade Runner, otra película que se convirtió en vicio y no podía dejar de ver. Aquí es un caballero torturado por una traición y por la imposibilidad de estar con su amada. Le imprime cierta sobriedad al papel, pero en el fondo ese sufrimiento está siempre presente, lo que le hace desconfiando y un poco difícil en el trato.

Michelle Pfeiffer está impresionante. Es una heroína en sí misma. No la típica dama que espera que el caballero resuelva sus problemas, sino una mujer que busca su salvación y la de su amante, con la ayuda de sus amigos. Pero también es dulce y amable y tiene esperanza en que la solución está cerca.

De Matthew Broderick sólo puedo decir que me enamoró. Es un encanto, ladrón porque no tiene más remedio, pero que una vez que está inmerso en esa historia se implica hasta el fondo. Es ingenuo, servicial, leal y muy valiente.

Podría hablar de Imperius y la culpa con la que convive, o de Marquet y su odio hacia Navarre, o de Alfred Molina, que ejerce de cazador de lobos después de abandonar a Indiana Jones a su suerte, pero eso sería demasiado largo. Sólo puedo decir que todos los actores, por pequeño que sea su papel, me parece que encajan a la perfección.

Como curiosidad, os diré que Lady Halcón fue nominada en dos categorías a los premios Oscar de 1986, y también en otros certámenes que podéis ver aquí.

En fin, una historia atemporal, perfecta para disfrutar una tarde aburrida y pasar un rato divertido y emocionante.

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