Pero no es así. La verdad es que tiene su encanto abrir un libro de papel. Y si es antiguo y de aventuras mejor, porque ese olor de las páginas tan característico que te envuelve te permite, casi sin darte cuenta, meterte en la aventura o la historia que su autor nos esta relatando.
Algo así debe ser lo que piensa el profesor de Lengua Castellana David Castro, que desarrolla su actividad en el Instituto Torrente Ballester de Pontevedra y ha sido el artífice de una idea muy brillante para los tiempos que corren. Ha decidido dar un impulso a la lectura y de paso intentar que unos libros que en la mayoría de las ocasiones se quedan en nuestras estanterías olvidados y, seguramente, muchas veces sin leer, tengan otra oportunidad.
Para ello ha ideado un sencillo sistema de trueque mediante el cual, quien entregue uno o más libros, recibe un vale por cada uno para canjear por otros que hayan sido también depositados en este fondo.
El pasado 21 de junio se expusieron al público los ejemplares obtenidos en los días previos en un mercadillo organizado en el patio del propio Instituto Torrente Ballester.